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El gobierno quiso comprar el silencio de los padres de los normalistas
3 noviembre 2014

Guerrero.-Dos semanas después de la desaparición de los estudiantes, el gobierno guerrerense ofreció 100 mil pesos por cabeza a sus padres, para que no hablaran y dejaran de buscarlos.

Padres y familiares de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos lo dijeron en reuniones celebradas el viernes con estudiantes de El Colegio de México y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en encuentros por separado.

“Llega gente del gobierno diciéndonos: ‘sabes qué, ¿necesitas algo?, ¿te podemos ayudar en algo? Mira, firma estos papeles, te vamos a dar 100 mil pesos’. ¿Para qué? Para que nos calláramos”, narró ante estudiantes y académicos de El Colegio de México Bernabé Abraham Gaspar, padre de Adán Abraham de la Cruz, desaparecido, junto con otros 42 normalistas, desde el pasado 26 de septiembre.

“A muchos compañeros padres de familia también los anduvieron buscando pa’ darles la cantidad. Nosotros dijimos: ‘realmente mi hijo no vale cien mil pesos’. Es por eso que andamos de escuela en escuela, buscando apoyo para que nuestros hijos vuelvan”, continuó su relato.

Clemente Rodríguez Moreno, padre de Christian Rodríguez, de 19 años, se preguntó si lo ocurrido a su hijo fue un castigo por haber conocido la educación y los libros y responsabilizó a las autoridades de los tres niveles de gobierno de colaborar con grupos del crimen organizado para cometer asesinatos y desapariciones forzadas.

No sabemos dónde están, qué les ha pasado, si cargan la misma ropa, los golpean o los torturan. Yo lo estoy esperando con los brazos abiertos y voy a luchar hasta encontrar a mi hijo y a sus compañeros me pase lo que me pase, aunque sea lo último que haga. Quiero encontrar a mi hijo aunque sea la última vez que yo lo vea, dijo con voz entrecortada por el dolor.

Siento en mi corazón que (mi hijo) está vivo, pero el maldito gobierno me dio una puñalada en lo más profundo de mi corazón, donde más me duele. Dice la canción que los hombres no deben llorar, pero la verdad es un pinche dolor que no soporto, lamentó Rodríguez en medio de aplausos, gritos de solidaridad y lágrimas de muchos estudiantes del plantel sur del Colegio de Ciencias y Humanidades, de la UNAM, con quienes se reunieron por la mañana.

Insistió en que el gobierno federal no ha hecho nada, ni encontrado nada. Ya pasaron 35 días, por eso quiero anunciar, si hay un medio (de comunicación), una cámara, si mi hijo me está viendo, si me está escuchando, que no se desespere, que voy por él, voy por los 43 jóvenes. Me pase lo que me pase, lo último que quiero es verlos con vida, continuó con su relato, que causó el llanto de varios de los presentes.

El campesino responsabilizó al gobernador Ángel Aguirre Rivero, al ex edil de Iguala, José Luis Abarca; al munícipe de Cocula, César Miguel Peñaloza –de­tenido recientemente– y a los policías de ambos ayuntamientos de lo ocurrido y por eso deberían estar en la cárcel, subrayó.

“Iguala es un cementerio”

Valentín Cordelio González, cuñado de Gabriel García Hernández, uno de los 43 muchachos desaparecidos, subrayó que Iguala está hecho un cementerio, en referencia a la gran cantidad de fosas clandestinas que se han encontrado ahí en semanas recientes, pero advirtió que no van a ir a recoger cuerpos y luego largarnos a nuestras casas, como quiere el gobierno.

Los familiares de los desaparecidos lamentaron que el miércoles el presidente Peña Nieto no les diera resultados sobre las investigaciones para hallar vivos a los 43 muchachos.

“El Presidente nos respondió: ‘Yo no sé, ni la PGR tampoco sabe. No los engaño, les digo la verdad, pero vamos a investigar y me comprometo con muchas cosas’”, comentó José Solano, estudiante de la normal de Ayotzinapa, quien manifestó sentirse decepcionado, porque esperábamos del Presidente respuestas diferentes.

(Con información de Alma E. Muñoz y Fernando Camacho/La Jornada)

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