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Francia aplica mano dura contra la inmigración ilegal
26 diciembre 2017

FRANCIA.- El gobierno francés está aplicando mano dura contra los inmigrantes que se encuentran en el país sin autorización, a pesar de denuncias de que ello está llevando a abusos y empañando la reputación nacional de tolerancia.

El presidente Emmanuel Macron ha exigido sacar de las calles a todos los migrantes antes de que culmine el año. Es improbable que se cumpla el plazo, pero el gobierno está aumentando las expulsiones, intensificando la presión sobre los extranjeros que llegaron por razones económicas y permitiendo que la policía revise documentos de identidad en asilos de emergencia.

Han surgido denuncias de que las fuertes medidas contra los migrantes contradicen la imagen que Macron cultivó de humanista frente a la candidatura populista antiinmigrante a la que derrotó en las elecciones. Afirman además que a diferencia de presidentes anteriores, es una inédita afrenta a la imagen del país como cuna de los derechos humanos.

Desde los nevados Alpes hasta las fronteras con España y Alemania, los migrantes siguen entrando a Francia. Solamente en París, la policía ha evacuado a unos 30.000 migrantes que dormían en las aceras de las calles los últimos dos años.

No cabe duda de que el sistema para acoger a los inmigrantes en Francia tiene sus defectos. Hay enormes demoras para conseguir vivienda y largas colas en los procesos para solicitar asilo.

«Vivo en la calle, vivo en una carpa. A veces consigo comida, a veces no consigo comida”, expresó Samsoor Rasooli, un afgano de 25 años de edad que estaba en la fila desde las 6 de la mañana en la oficina en París a cargo de procesar solicitudes de asilo. Algunos de los refugiados pasaron la noche en la inmunda acera a fin de no perder su lugar en la fila. Al mediodía, las puertas se cerraron, pues se había copado la cuota de solicitantes para ese día.

«Es invierno, yo no puedo dormir en la calle”, expresó Rasooli.

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