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¿POR QUÉ NOS CONFORMAMOS CON MENOS? 
16 junio 2015

Todos tenemos ese amigo o amiga que constantemente nos cuenta las tragedias de su vida amorosa, las fallas, la mala manera en que le tratan, el dolor, la actitud de su pareja que deja mucho que desear entre mil cosas más y siempre que lo hace llegamos a la misma pregunta una y otra vez: “¿Por qué sigues en esa relación?”.

Se supone que el amor debe hacernos sentir mejor, claramente toda relación tiene sus altos y bajos, no todo puede ser perfecto pero ¿en qué punto las cosas malas superan las cosas positivas? ¿por qué si sabemos que no somos plenamente felices seguimos estancados? Puedes tener a un amigo o tú ser ese amigo, pero seas quien seas, estoy segura de que mereces más.

Nos conformamos con una relación por las mismas razones por las cuales nos conformamos en cualquier otro aspecto de nuestra vida: no creemos merecer más, no queremos intentar algo nuevo, nos da miedo atrevernos a salir, pensamos que mejorará con el tiempo.

Me parece sumamente triste el ver una pareja que ya no tiene esa chispa, que no se dan nervios mutuamente, que no sonríen ampliamente al verse, que no se preocupan por el bienestar del otro, que no se toman de la mano, que no se demuestran su cariño, que tienen más discusiones que risas y que, a pesar de todo esto, siguen juntos simple y sencillamente porque no quieren estar solos, porque prefieren estar acompañados de alguien que no les alegra a los días que pasar un tiempo a solas.

¿En qué momento se convierte el estar acompañado más importante que el ser feliz? No se trata de dejar una relación cuando tengamos una pequeña discusión, obviamente habrá problemas y dificultades pero lo que hace la diferencia es saber cuándo es momento de dejar ir las cosas, cuándo ya no tienen solución, cuándo simplemente es mejor alejarnos y creo que ese es el punto que muchos no logran ver.

Nos empeñamos en arreglar las cosas una y otra y otra vez y no nos damos cuenta que llega un momento en el que sencillamente no hay nada más que hacer y no es culpa nuestra ni culpa del otro sino de los dos, no se supone que las cosas duren para siempre y en ocasiones únicamente hay que aceptarlo.

De igual manera es frustrante y doloroso ver a alguna persona que constantemente se pone a sí misma en relaciones destructivas e hirientes debido a que cree que no es digna de algo mejor. En una ocasión leí una cita que decía algo como: “ Amate tanto a ti mismo que puedas darte cuenta cuando alguien te trate mal” y me pareció tremendamente cierta.

Al carecer de nuestro propio amor lo único que queremos es tener a alguien que de cierta manera nos demuestre afecto, atención, cariño, aunque sea a medias, aunque sea a ratitos, aunque sea con condiciones; pensamos que está bien, que vale la pena, que eso es ser felices, que al menos una persona se preocupa y nos quiere, que debemos responder con un “sí” a todo sin poner resistencia.

Pero no. Es maravilloso ver que alguien se ama tanto a sí mismo que puede estar solo, que sabe lo que se merece, que no permite que alguien le haga menos, que sabe decir no; es inspirador, es lindo, es algo fresco y algo que debería verse más a diario.

Sin embargo no todos lo ven de este modo, ahora pondré esta cita de ejemplo: “Supe que te amaba cuando comencé a crear excusas por la manera en la que me lastimabas”. Obviamente al amar alguien lo vamos a lastimar y nos va a lastimar en cierto momento ya que tienen un gran control sobre nuestras emociones y es de humanos el equivocarse, es normal pero lo que yo leo ahí es el justificar sin excepción alguna los daños que alguna persona nos está causando lo peor de todo es que es un error tan común, tan típico, tan de todos.

Sí, esa persona que significa tanto para nosotros definitivamente nos dará rasguños o algunas heridas en el corazón y con el tiempo sanarán pero alguien que realmente nos ama no nos apuñalara siete veces con un cuchillo de cocina y después fingirá que todo está bien.

Más bien, da igual si esa persona finge que todo está bien, ¡lo que debería estar prohibido es que la persona herida finja o hasta crea que realmente todo está bien!

Pero creo que lo más triste de todo es que muchas veces aquellos que perdonan y justifican tanto a sus parejas ni siquiera se dan cuenta de lo mal que los tratan realmente, para ellos eso está bien, es normal, salen de una relación destructiva y se dirigen de nuevo al precipicio con tal de recibir a cualquier tipo de afecto.

No importa cuantas veces puedas repetirles “Te mereces algo mejor” no se dan cuenta de que, real y verdaderamente, se merecen alguien que sí les quiera.

Puede llegar a ser tremendamente frustrante si eres tú quien les recuerda constantemente lo mucho que valen ya que no te escuchan realmente pero no sé si nos demos cuenta de lo triste que en realidad es este asunto; yo sé que lo vemos sólo como un asunto de amor y relaciones pero pensar que alguien no se pueda amar lo suficiente para darse cuenta de lo mucho que merece, que alguien esté dispuesto a sacrificar todo de él por alguna persona que no se merezca ni una pizca, que alguien piense que realmente merece ser tratado mal o que no crea que pueda encontrar a alguien más…

Eso es triste. Todos somos tremendamente valiosos y maravillosos, todos merecemos ser tratados bien y queridos, sin importar nuestro pasado, sin importar nuestros errores, somos personas, somos humanos que merecen cariño y abrazos llenos de sabor a hogar.

Nos conformamos porque pensamos: “Eso sólo pasa en las películas”, “estamos bien”, “no pasa nada”, “ya cambiará”, “de verdad me quiere” y mil excusas más.

Claro que no existe una relación perfecta ni sacada de película sin error alguno pero creo que no nos damos cuenta de que, aunque no tendremos una relación como las que vemos en las pantallas, deberíamos tener una relación que nos haga sentir como lo hacen las películas.

No se trata de no discutir, ni tener desacuerdos, ni equivocaciones sino de perdonar, aprender y arreglar juntos, apoyarse, preocuparse, motivarse.

Se trata de estar con alguien que te haga sentir la persona más afortunada, que te haga sentir agradecido por tenerle en tu vida y de saber diferenciar cuando la balanza pesa más cosas negativas que positivas, cuando es momento de aceptar que las cosas simplemente no están funcionando.

No hay por qué aferrarse a una relación que no te hace feliz a ti ni a tu compañero. Rían, dense abrazos y besos, vean películas, lean, caminen, salgan, quédense en casa, coman, duerman, vivan, dense la mano, recuérdense lo mucho que se quieren, preocúpense por la felicidad del otro y la propia, hagan lo que sea que ustedes hagan y disfruten y sobre todo no se conformen, después de todo puedes estar solo y volver a hacer lo mismo sólo que acompañado de ti mismo.

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