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Dormir mal podría llevarte al suicidio: Estudio
22 septiembre 2015

Un estudio reciente sugiere que el dormir mal o tener problemas para conciliar el sueño, pueden aumentar las probabilidades de un suicidio. De hecho, el estudio reveló que este problema afecta más a personas mayores de 65 años, incluso aunque no existan síntomas de depresión.

Estudios anteriores han vinculado el insomnio, las pesadillas y una mala calidad general del sueño con un mayor riesgo de ideación suicida y de intentos de suicidio. Pero en general esos estudios no controlaron la depresión. Este nuevo estudio es distinto de investigaciones anteriores debido a su tamaño, duración, y su enfoque sobre las personas mayores.

Los investigadores dieron seguimiento a más de 14,000 adultos durante un periodo de 10 años. Los adultos evaluaron la calidad de su sueño y síntomas de depresión seis veces durante esa década. Bernert dijo que ella y sus colaboradores ahora investigan el posible motivo de la existencia de un vínculo entre dormir mal y el suicidio.

Entre los problemas analizados se encontraban las dificultades para quedarse o permanecer dormido, despertarse temprano por la mañana, experimentar somnolencia diurna y no sentirse del todo descansado tras dormir durante la noche. Estas cuestiones se analizaron de manera individual independientemente del estado de ánimo de los participantes.

Rebecca Bernert, profesora de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y líder de la investigación, comentó que «En comparación con muchos otros factores de riesgo conocidos del suicidio, las perturbaciones del sueño son discutiblemente menos estigmatizantes, se pueden revertir y son altamente tratables”.

De los 20 participantes del estudio que se suicidaron, 19 eran hombres. Los investigadores emparejaron al azar a esas 20 personas con 400 participantes vivos según la edad, el sexo y la ubicación, y entonces compararon puntuaciones sobre la calidad del sueño y la depresión.

El estudio no pudo probar que los problemas para dormir provocaran los pensamientos o los intentos suicidas, ni pudo explicar el motivo por el cual quizá exista un vínculo. Pero, dijo Bernert,»es probable que un sueño de mala calidad afecte a la capacidad de regular los estados de ánimo».

«La idea es sencilla: cuando dormimos mal, eso afecta la forma en que nos sentimos y en que manejamos muestras emociones, además de la toma de decisiones», apuntó Bernert. Las investigaciones anteriores han mostrado que un sueño fragmentado puede resultar en unas emociones negativas más intensas, en un juicio afectado y dificultades para manejar el miedo o la ira.

De los participantes, aquellos que reportaron no sentirse bien descansados tras dormir tenían el doble de probabilidades de suicidarse, en comparación con los que no reportaron problemas del sueño, incluso tras tomar en cuenta los síntomas de depresión.

«Las perturbaciones del sueño y la ideación suicida son síntomas, en una constelación de síntomas, de la depresión, motivo por el cual es esencial desenredarlos como factores de riesgo y la forma en que podrían interactuar para aumentar el riesgo», apuntó Bernert. «Es importante anotar que el suicidio es el trágico resultado de varios factores de riesgo y afecciones médicas que con frecuencia interactúan». Alrededor de doce de cada 100,000 personas mueren por suicidio cada año en Estados Unidos.

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