Así se refirió al asesinato de Jacques Hamel, presbítero de 86 años de edad, quien fue sorprendido la víspera por dos hombres mientras celebraba la misa en su parroquia ubicada en la población de Saint-Étienne-du-Rouvray, en la región de Normandía.
Pero Jorge Mario Bergoglio instó a pensar en los conflictos de otras latitudes, como en Nigeria u otros lugares de África. “No tengamos miedo de decir esta verdad, el mundo está en guerra y perdió la paz”, insistió.
Más adelante, antes de retirarse y cuando ya había saludado a todos los periodistas que lo acompañaban, tomó de nuevo el micrófono para aclarar que sus palabras no tenían nada que ver con una guerra de religión.