A 400 años de que Japón estableciera vínculos comerciales con México, se ha consolidado como el octavo país que canaliza más Inversión Extranjera Directa (IED), al destinar 6,400 millones de dólares (bdd) de 2000 a 2013, equivalentes al 1.85% de la inversión total captada por México durante ese periodo.
México es una nación abierta para concretar negocios, la percepción empresarial de Japón le ha permitido realizar importantes inversiones en el mercado mexicano, principalmente en la industria electrónica, manufacturera y automotriz. Desde 2009, la inversión japonesa en el país ha crecido 335%.
“Japón ha reencontrado un socio que no había visto. En la actualidad, uno de los países de moda para Japón es México, ya que la relación que existe entre ellos se ha fortalecido con el paso de los años y a largo plazo este país seguirá siendo un país atractivo para invertir”, comentó este viernes Mario Fernández Dávalos, socio de líder de la Práctica Japonesa (PJ) de KPMG en México.
En los últimos cuatro años, la inversión japonesa en el mercado mexicano ha registrado un auge, gracias a su proximidad geográfica con Estados Unidos y a los competitivos costos de la mano de obra.
Cifras de la Secretaría de Relaciones Exteriores de Japón muestran que, al cierre de 2013 se registraron 679 empresas establecidas en México, de las cuales el 33% se concentraron en la región del Bajío (Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Querétaro y San Luis Potosí), el 25% en la Ciudad de México y zona conurbada, mientras que Nuevo León y Baja California registraron el 11% respectivamente.
Sector automotriz, la corona de la inversión nipona
El sector automotriz concentra aproximadamente el 50% de la inversión total de Japónhacia México, que se distribuye entre las principales firmas las cuales son Honda, Mazda y Nissan y los proveedores que conforman la industria.
“El sector automotriz es una de las industrias que más se ha beneficiado en los últimos cuatro años en México con la inversión japonesa. El instalar una planta es nuestro país no sólo implica traer a la empresa, también contempla a todos los que están detrás de ellos como las pequeñas industrias y proveedores que integran este sector”, explicó el socio de KPMG.
Aunque Toyota Motors es el único gran fabricante de automóviles japonés que no tiene operación en México, excepto una ensambladora de camionetas ubicada en Tijuana-Tecate, Fernández Dávalos argumentó que esta inversión representaría una gran oportunidad en el mercado mexicano, no sólo por la generación de empleos, sino también por los beneficios que esto traería a la industria.
De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), en 2013 se fabricaron 2.9 millones de unidades, de los cuales una cuarta parte fueron manufacturados por las marcas japonesas en México.
Para el cierre de este año, se espera que la cifra supere los tres millones de vehículos, de los que el 30% correspondería a Honda, Mazda y Nissan, mientras que para 2016 cuando la producción crezca a 3.8 millones de autos, casi 1.4 millones serán de origen japonés.
¿Por qué invertir en México?
El especialista reveló que entre las principales razones por las que se ha detonado la inversión en México se encuentra al alta concentración de la Población Económicamente Activa (PEA), simplicidades y ventajas de inversión y un clima relativamente bajo en al ámbito de la violencia.
A continuación, te compartimos las cinco razones por las que México es un socio atractivo para para la economía japonesa, según Mario Fernández Dávalos.
1.- Facilidades fiscales. En la actualidad México cuenta con facilidades fiscales proporcionadas por los gobiernos estatales a los corporativos japoneses, con el propósito de incentivar la creación de fuentes de trabajo, generación de impuestos y contribuciones futuras.
2.- Amplia red de TLCs. México tiene firmados 12 Tratados de Libre Comercio (TLCs) con 44 países presentes en todo el mundo, lo que representa una ventaja competitiva, ya que este mercado ofrece un trato preferencial a sus socios.
3.- Sector manufacturero competitivo. La manufactura en México tiene un costo altamente competitivo.
4.- Calidad en mano de obra. El sector fabril es de gran calidad a nivel mundial, lo que le ha permitido atraer a más inversionistas.
5.- Facilidad comercial. Los tiempos de traslado en las mercancías que se exportan son relativamente más bajos y económicos en contraste con otros países.
Los ‘frenos’ en la economía japonesa
El especialista de KPMG explicó, que la descentralización en Japón ha sido el resultado de varios acontecimientos en el país asiático los cuales han generado que los grandes corporativos se replanteen sus estrategias.
1.- Alto costo de la mano de obra. La mano de obra en Japón se sitúa con una de las tasas más elevadas en el sector manufacturero, lo que pone en desventaja el costo directo hacia los productores y servicios producidos en el país.
2.- La alta apreciación del yen. El alto nivel de apreciación del yen ha encarecido más los altos costos.
3.- Desastres naturales. Tras el terremoto en el Este de Japón en 2010, la producción de muchas empresas se detuvo parcialmente y por completo en algunos casos.
4.- PEA decrece. En los últimos años, la economía de Japón ha dejado de crecer, como resultado de que su Población Económicamente Activa (PEA) ha decrecido.
Aunque a finales de noviembre, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), rebajó sus previsiones del Producto Interno Bruto (PIB) de México a un rango entre 2.6 y 2.1%, Fernández Dávalos asegura que Japón mantendrá su interés comercial en este país, pues es una sociedad que planea a futuro.
“El japonés no toma decisiones con base en el corto plazo. Su visión es a largo plazo y ellos ven en México un país que si sigue en el camino que se ha trazado tendrá gran potencial, gracias a que cuenta con una tasa demográfica estable, una economía muy estable y una población que está ganando poder de compra, características que serán muy importantes en el futuro para Japón”.