De acuerdo a registros, la construcción del Relleno Sanitario Regional costó 35 millones de pesos y su rescate en el trienio de Alfonso Sánchez Garza se calcula de una invención aproximada de 30 millones de pesos.

Hasta ahora la actual administración municipal no ha manifestado el menor interés en esta problemática, el de mantener o rescatar esta infraestructura, con la que se intentó mejorar las condiciones sanitarias de la población en esta frontera, y al contrario, pareciera que ha propiciado su nueva recaída, que puede compararse a la ultima etapa de un enfermo terminal.

Solo es necesario darse una vuelta por las 48 hectáreas que forma el complejo para darse cuenta de su precaria situación, que problematiza a los ciudadanos urbanos y aún más a los agricultores que se encuentran asentados en aquel sector del municipio de Matamoros.

Con este seria apuntarse una segunda experiencia fallida en rellenos sanitarios en Matamoros, aunque en esta ocasión, las cosas se prefiguran mucho más graves, no solo por el tamaño del actual relleno, sino por su ubicación en una zona agrícola y el consecuente daño ambiental.