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Provocadores, grupos de choque y porros: una vieja estrategia priísta
6 enero 2017

El día de ayer hubo manifestaciones en decenas de zonas del país contra el gasolinazo. Una serie de saqueos a tiendas y comercios en diversos puntos del Estado de México comenzaron a generar miedo en la población. El desconcierto iba creciendo conforme se difundía información falsa por medio de Twitter y Whatsapp.

El día de hoy, el Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero (CDHZL) acusó la infiltración de personas ajenas a las manifestaciones contra el gasolinazo en el Estado de México. Según el Centro, esto forma parte de una “estrategia gubernamental para intimidar las protestas y la inconformidad popular contra los gasolinazos y así justificar un uso de la fuerza desmedido”.

Además, denuncia que esta estrategia no es nueva, pues “así se ha manejado el gobierno priísta en otras ocasiones y ha repetido el mismo patrón”.

Pero estas denuncias no se limitan al Estado de México. En  Hidalgo y Puebla existen reportes de un modus operandi similar: grupos ajenos a las manifestaciones que provocan desmanes y miedo.

Los grupos de choque y porriles: una vieja estrategia del PRI

Los grupos de choque, también llamados grupos porriles, parecen remontarse a los años 20 del siglo pasado. Desde ese entonces, cumplían funciones a petición de autoridades del gobierno: infiltrarse en organizaciones estudiantiles, con fines diversos, ya fuera para obtener información, para intentar manipular, para amedrentar y agredir físicamente, para fracturar la organización o, en contextos de manifestaciones y protestas, para ejercer actos violentos que rompieran el orden y, así, que las autoridades pudieran justificar el uso de la fuerza pública, detenciones a manifestantes, con lo que deslegitimaba a los movimientos sociales.

El lugar donde más se tiene estudiado el porrismo es la Universidad Nacional Autónoma de México, pues ahí fue donde surgió y se consolidó a iniciativa expresa de rectores y mandatarios.

Según documenta Hugo Sánchez Gudiño en su libro Génesis, desarrollo y consolidación de los grupos estudiantiles de choque en la UNAM (1930-1990),  en los años 20, el rector Alfonso Pruneda organizó un grupo de prefectos conocidos como “Gorilas”, y en los treinta, el rector Luis Chico Goerne, al primer grupo de choque de la universidad, conocido como “Pistoleros de la rectoría”. A partir de los años 40, con la llegada de Rudolfo Brito Foucher, se oficializa la contratación de “guardaespaldas juveniles” para el rector.

En los años 50, los grupos porriles consiguieron transformar una organización estudiantil del IPN, la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos, con lo que “pierde su carácter representativo y popular y adquiere los rasgos de corporativismo, violencia y supeditación al partido oficial que habrían de caracterizarla durante el resto de su existencia. En otros estados, varias federaciones estudiantiles se transformaron en el mismo sentido.” (Vía: “Violencia y “porrismo” en la educación superior en México“)

En el sexenio de Miguel Alemán, a través de las porras deportivas, el porrismo encontraría la forma de mantener nexos con los movimientos estudiantiles de izquierda con el fin explícito de tratar de controlarlo y mediatizarlo. Los grupos más famosos de aquellos años 60 y 70 son el MURO (anticomunistas y fascistas) y los “Halcones” (sí, aquellos que estarían involucrados en “El Halconazo”, la matanza de estudiantes en la Ciudad de México).

 

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