Es diminuto, casi imperceptible y se encuentra en la oreja. Lo más probable es que ni te hayas percatado de su existencia, sin embargo, si lo posees eres un afortunado: tan solo menos de un 1% de la población cuenta con él.

Se le conoce como seno preauricular u hoyuelo preauricular y simplemente se trata de un pequeño hueco justo situado en la zona donde el cartílago de la oreja y la cara se encuentran.

Si te has lanzado como un loco a mirarte en el espejo o has empezado a comprobar si las orejas de tus compañeros de trabajo tienen estos hoyuelos –aquí ha ocurrido– no te preocupes: no es grave ni vas a morir en cinco meses.

Tan solo es un defecto de nacimiento consistente en una malformación congénita de los tejidos blandos preauriculares que tuvo lugar alrededor de la sexta semana de gestación. El seno preauricular fue documentado por primera vez en 1864 por Van Heusinger y se cree que puede ser una reminiscencia biológica de un pasado con branquias.

La mayoría de los casos son esporádicos y aproximadamente el 50% de los senos se producen solo en el lado derecho. En el caso de contar con dos senos preauriculares, echa un vistazo a las orejas de tu padres: en ese caso, es probable que sea algo hereditario.

Y ahora, las malas noticias.

De normal, este pequeño hoyuelo no acarrea ningún problema de salud, no obstante, y aquí llegan los peros, puede llegar a infectarse y formar un quiste. De hecho , si te puede el morbo y quieres ver algo muy desagradable, tan solo tienes que buscar en Google Imágenes “senos preauriculares”. De
nada.

Pero no todo es tan grave, el seno infectado se puede tratar con antibióticos o, en última instancia, el problema se soluciona con una pequeña operación.

En cuanto a la incidencia global de esta particularidad, se calcula que entre el 0,1% y el 0,9% de los europeos y estadounidenses presentan senos preauriculares. Las cifras se disparan si hablamos de otros lugares, llegando hasta el 2,5% de los taiwaneses y el 10% de la población africana.