NUEVO LAREDO.- Jenny Ramírez Zavala, de 37 años, fue declarada sin vida ayer a las 2:00 de la tarde luego de un derrame cerebral, pero ella “no murió, sigue viva porque su corazón sigue latiendo, sus ojos siguen viendo”, expresó su prima Pamela Zavala, pues sus órganos fueron donados a 21 personas.
El lunes 13 de junio por la mañana, Jenny le dijo a su supervisor que le dolía su cabeza en exceso y que debía retirarse; sin embargo, ahí mismo se desvaneció y fue trasladada a un hospital en Laredo, y ante la ausencia de un médico neurocirujano fue llevada en helicóptero a San Antonio, siendo atendida cuatro horas después.
En casos de derrame cerebral las primeras dos horas son cruciales para liberar presión del cerebro. A las 2:00 de la tarde se declaró clínicamente muerta, no obstante se mantuvo vivo su organismo para poder efectuar los trasplantes mientras se conseguían los receptores.
“Era bien alegre, siempre dijo que ella no se iba a morir, que iba a vivir en alguien más”, expresó su familiar, pues en reiteradas ocasiones confirmó la intención de donar sus órganos al fallecer.
La última palabra en aprobar la donación la tenía su esposo, quien inspirado por una nota publicada el martes 14 de junio en El Mañana en la que se recordaba el caso de Krizia Lauren Keiser, cuyos órganos dieron vida a varias personas luego de que falleciera también de un derrame cerebral en junio del 2013, decidió cumplir este último deseo que hoy ha dado a 21 personas de la región, una nueva esperanza de vida. Su única condición: conocer a cada uno de los beneficiados.
“Él quiere escuchar su corazón, ver sus ojos”, afirmó su familiar.
Jenny, quien es recordada con cariño como una persona muy alegre, bromista, siempre con la iniciativa de celebrar a sus seres queridos, hoy deja atrás a su esposo y un bebé de 3 meses, luego de que por años intentara tener hijos.
Residente de la región de ambos Laredos, conoció a su esposo en Nuevo Laredo en donde están sus familias, para después irse a vivir al lado americano.
Un sentimiento agridulce invade a su familia, pues se enfrentan a la tristeza causada por su repentina ausencia a la par de saber que su muerte dio nueva esperanza de vida a 21 personas.