Los habitantes de Reynosa tendrán que soportar varios días más para que la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) restablezca el servicio.

De acuerdo con el biólogo, Juan Guillermo Nava, responsable del área de Calidad y Plantas Potabilizadoras, la interrupción se hizo por los problemas de basura que obstruyen el paso.

“Los trabajos que ahora se están coordinando junto con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se relacionan con la operación hidráulica de éste canal, el cual es una de las principales fuentes de abastecimiento de agua cruda para ser potabilizada.

“Por eso la Comapa tiene la necesidad de realizar un programa de suspensiones programadas en casi todos los sectores de la ciudad y estamos haciendo todo lo posible para que los trabajos sean terminados a la brevedad y poder dar el servicio ya sin ninguna interrupción.

“Esto consiste en levantar todo el material que no debe estar ahí. Estamos hablando de neumáticos, salas, refrigeradores, roperos, estufas y una serie de objetos que causan una mala operación en el canal, y todo se hace con la intención de tener un mejor servicio en la temporada de alta demanda, que ya está a punto de comenzar”, declaró.

PERO….

Mientras tanto son decenas las colonias que se están viendo afectadas y usuarios como la señora Martha Elena Gracia, de la Rincón del Parque se quejan.

“Tenemos muchos problemas con la falta de agua y cuando hay sólo nos llega un chorizo. Eso sin contar con el tema de los drenajes que son un caos. Hemos ido a la Comapa a pedir ayuda pero no hacen nada por resolverlos”, lamentó.

Por lo pronto, quienes pueden se ayudan llevando tambores para abastecer de agua sus domicilios, como el señor Paulo Valle, habitante de la colonia Satélite. Manifestó que les urge cubrir las necesidades básicas del hogar y por eso tuvo que desplazarse a otra colonia para conseguirla.

Ese es sólo un ejemplo, pero las afectaciones predominan por toda la ciudad y en las calles se observan personas con cubetas.

En la colonia Balcones de Alcalá los vecinos hacen largas filas, sin importar la intensidad del sol, al acarrear el agua.

“Pues necesitamos hacer esto para poder lavar los trastes y la ropa; los niños van a la escuela y tienen que bañarse”, comentó la señora Ángela Hernández, quien con más de 60 años ha debido hacer varios viajes de la única fuente de abastecimiento que hay en su sector hasta su domicilio.