Más de 300 adolescentes entre los 11 y 12 años de edad recibieron tratamiento en el Centro de Integración Juvenil de Tampico luego de que a esa edad ya probaron las drogas, de los cuales entre un 45 y 50 por ciento lograron su rehabilitación.

Lo anterior lo reveló el director del CIJ, Jorge Ávalos Castelán al dar a conocer el trabajo que realizaron el año pasado y los resultados que obtuvieron tanto en el área de prevención, tratamiento, entre otras.

“En lo que es prevención buscamos para este año incursionar con mayor fuerza en el tema de violencia relacionada con consumo de drogas y el tratamiento en cuanto a las edades y el consumo que se están acortando”, precisó.

Menciona el entrevistado que aunque no tienen cifras exactas, el año pasado ya tuvieron menores de 11 y 12 años que probaron las drogas, a grado tal que atendieron en ese Centro de Integración a más de 300.

“Estamos hablando que de un 45 a un 50 por ciento de esos jóvenes fueron los que se rehabilitaron en adicciones al alcohol y mariguana”.

Este año, Jorge Ávalos dijo que buscarán llegar a los menores a través de las escuelas para lo cual trabajarán de manera coordinada con las instituciones educativas así como con el gobierno municipal de Tampico. “Queremos llegar a un mayor número de población con respecto a información específica y sobre todo sensibilización pues es importante que se sensibilicen sobre todo los padres de familia”, agregó. Recordó luego el entrevistado que ya en este año durante los meses de enero y febrero han hecho jornadas intensivas al nivel primaria y secundaria y va ser continua esa acción.

“¿Cómo impactar?, pues buscamos estrategias que sean llamativas para los jóvenes, en lugar de entregar un trípticos o un volante estamos entregando pulseras, herramientas que ellos utilicen y que lleven en ya sea en su lápiz, laptop y lleven mensajes”, enfatizó el del CIJ.

Por último, el entrevistado dijo que gracias a esas acciones en lo que va del año se están acercando los jóvenes a pedir apoyo a la dependencia a su cargo para que les den tratamiento, pero por desgracia los padres no coadyuvan en esta labor y así, recalcó, se hace más difícil la batalla.