Matamoros, Tam.

Por varios motivos, las instituciones y organismos de apoyo a los migrantes menores de edad que pasan por esta frontera con la intención de cruzar de manera ilegal hacia Estados Unidos coinciden en que se ha reducido considerablemente el número en lo que va de este año, comparativamente con el 2016, lo que se refleja claramente en el Camef de Matamoros.

No es lo que se esperaba, aseguró Lorena Villarreal García, “porque hemos observado una disminución en cuanto al número de niños y niñas que son atendidas aquí en el Centro de Atención al Menor Fronterizo, cuando a inicios de este año, luego de que Donald Trump tomara posesión como presidente de Estados Unidos se esperaba que la situación se agudizara, lo que no ha ocurrido, al menos hasta ahora”.

Para ejemplificar lo que dice, la coordinadora del Camef en esta ciudad informa tan solo en este mes se han recibido en este centro a sólo 18 menores, entre centroamericanos y mexicanos, cuando en el mismo lapso de tiempo del año pasado se tiene un registro de 128 personas.

De la misma forma, indicó que de enero a junio del 2016, el número de menores de edad que se atendieron en el Camef fue de 642 y que ahora la cifra apenas llega a los 297.

La diferencia es enorme, reitera, “y esto nos indica claramente que el flujo migratoria de este grupo de personas que buscan ingresar a Estados Unidos va a la baja”.

Tan es así, que al momento de la entrevista, en el Camef sólo se encontraba un menor, cuando por lo regular había entre 10 y 12 en espera de ser regresados a Centroamérica o que los padres de los niños mexicanos vinieran por ellos.

Refiere que los motivos son varios, de acuerdo a lo que han manifestado los menores que ahí han llegado, y menciona que el costo del traslado, desde los países centroamericanos hasta esta frontera se han duplicado en los últimos meses, pero también está el que hay ahora demasiada incertidumbre y temor por las políticas migratorias que están implementando el gobierno estadounidense desde que Donald Trump asumió funciones como presidente.

Otro factor es que los mismos padres, que ya residen en el vecino país, optan por esperar un tiempo con la esperanza de que la situación cambie favorablemente y que sus hijos puedan atravesar el territorio mexicano y cruzar la línea fronteriza en mejores condiciones para que puedan así reunirse con ellos.

De los niños y niñas atendidos en este centro, que son regularmente de entre 11 y 17 años de edad, dijo que en su mayoría viajan solos y pocas veces van acompañados de algún pariente y que proceden de países centroamericanos como Guatemala, El Salvador y Honduras, pero también hay mexicanos originarios de Chiapas, San Luis Potosí, Michoacán, Estado de México e incluso del sur de Tamaulipas.

Estos, cuando son detectados en los filtros que tiene el Instituto Nacional de Migración o bien que fueron detenidos por las autoridades norteamericanas al intentar ingresar a Estados Unidos o que fueron deportados a territorio mexicano, se les canaliza al Camef.

Lorena Villarreal García dijo que en el caso de los menores procedentes de Guatemala, El Salvador, Honduras y otras partes de Centroamérica, son llevados al Camef por personal del instituto Nacional de Migración, mismo que se encarga de contactar, por medio de los consulados de esos países, a los padres o parientes de los menores, que posteriormente son regresados a sus lugares de origen.

A los menores de nacionalidad mexicana y con el apoyo del DIF municipal, se hacen las gestiones necesarias para contactar a sus familiares en cualquier estado del país, mismos que vienen por ellos,

Todos los menores que son llevados a este centro y durante el tiempo que dure su estancia, reciben hospedaje, alimentación, así como valoración médica y psicológica.