Organizaciones no gubernamentales revelaron que en los últimos 10 años creció mil 300 por ciento la inseguridad dentro de los centros penitenciarios, derivados de riñas, homicidios, suicidios, motines y fugas.

Documenta, Análisis y Acción para la Justicia Social y el Observatorio Nacional Ciudadano también indicaron que en la Ciudad de México cada mes aproximadamente ocurre un asesinato en las zonas de máxima seguridad de sus prisiones.

De acuerdo con la primera asociación civil, en los últimos años se han disparado los hechos violentos en las cárceles; a escala nacional el crecimiento de incidentes (riñas, homicidios, suicidios, motines o fugas) aumentó drásticamente: al inicio del sexenio de Felipe Calderón, en 2006, se reportaron 320 hechos violentos, y cerró su gestión con 2 mil 436, de los cuales 25 fueron homicidios.

Mientras que en lo que va de la administración de Enrique Peña Nieto, de diciembre de 2012 a octubre de 2015, se han registrado 4 mil 654 acciones de agresión entre la población carcelaria.

La presidenta de Documenta, María Sirvent, informó que entre enero y mayo del año pasado se suscitaron mil 600 conatos, «la mitad de los que hubo en todo el sexenio anterior».

Agregó que en la capital del país, aproximadamente, «cada mes hay un homicidio en las prisiones». Apenas el año pasado, dijo, 46 internos murieron de manera violenta tras ser agredidos por otros presos con objetos prohibidos dentro de los penales.

«Los decesos se dieron en zonas de máxima seguridad, lo que dio origen a la recomendación 18/2015 de la CDHDF», detalló. Sirvent añadió que, de acuerdo con información de la subsecretaria del Sistema penitenciario local, en 2015 se registraron 15 homicidios, siete en el norte, cinco en el oriente, dos en el sur, y uno en la penitenciaría.

En tanto, el Observatorio, basado en cifras de las Oficinas del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación, informó que en 2014 hubo mil 471 riñas, 692 en Ceresos y 779 en Ceferesos.

Las ONG detallaron que los incidentes violentos se derivan de la sobrepoblación que hay en los 389 penales del país, que rebasan, en algunos casos, más de 150 por ciento de su capacidad.

En 2014, los centros penitenciarios estatales ejercieron 11 billones de pesos, de los cuales 57 por ciento se destinó a servicios personales, 30 por ciento a materiales y suministros, 11 por ciento a servicios generales, 0.9 por ciento a obra pública, 0.8 por ciento a adquisición de bienes muebles e inmuebles, 0.4 por ciento a subsidios y transferencias y 0.1 por ciento a otros conceptos.

En promedio, detalló el Observatorio, mantener a un individuo en reclusión durante ese año costó cerca de 52 mil pesos. «Al ajustar el presupuesto según la población reclusa se observa que el costo unitario de un recluso alcanza su máximo en Guanajuato (135 mil pesos) y su mínimo en San Luis Potosí (7 mil pesos)».

Dio a conocer que en 23 entidades la población reclusa supera la capacidad instalada, destacando los casos de Nayarit, con 177 por ciento; Estado de México, con 126 por ciento; Hidalgo, con 100 por ciento; Jalisco, con 82 por ciento, y Durango, con 58 por ciento.

«La sobrepoblación, la ocurrencia de hechos violentos como motines y riñas, así como la incidencia de homicidios y lesiones disminuyen la calidad de vida de la población reclusa y aumenta la severidad de la sanción», detalla el reporte.

Por ello, el Observatorio indicó que es urgente definir una ruta crítica y las acciones para elaborar un diagnóstico integral del sistema penitenciario que ayude a aprobar la reforma que está en el Senado, para que se armonice con la constitucional de derechos humanos de junio de 2011.